Vamos a continuar buscando los lazos y las conexiones que todos y cada uno de nosotros establecemos desde siempre con el medio ambiente y la naturaleza, y que la literatura, a través de las palabras, ha sabido y sabe reflejarlo de una forma muy bella y hermosa.
Vamos a seguir realizando nuestra tarea de investigación de obras y autores por los diversos países que componen la geografía mundial con la finalidad de que pongan de manifiesto esta intención por mi parte.
Así pues, continuamos este viaje, en cierto modo literario, que de algún modo nos puede servir para acercarnos, conocer y compartir la cultura de cada país.
De España
De España
El
árbol de oro
Asistí durante un otoño a la escuela de la señorita
Leocadia, en la aldea, porque mi salud no andaba bien y el abuelo retrasó mi
vuelta a la ciudad. Como era el tiempo frío y estaban los suelos embarrados y
no se veía rastro de muchachos, me aburría dentro de la casa, y pedí al abuelo
asistir a la escuela. El abuelo consintió, y acudí a aquella casita alargada y
blanca de cal, con el tejado pajizo y requemado por el sol y las nieves, a las
afueras del pueblo.
La señorita Leocadia era alta y gruesa, tenía el
carácter más bien áspero y grandes juanetes en los pies, que la obligaban a
andar como quien arrastra cadenas. Las clases en la escuela, con la lluvia
rebotando en el tejado y en los cristales, con las moscas pegajosas de la
tormenta persiguiéndose alrededor de la bombilla, tenían su atractivo. Recuerdo
especialmente a un muchacho de unos diez años, hijo de un aparcero muy pobre,
llamado Ivo. Era un muchacho delgado, de ojos azules, que bizqueaba ligeramente
al hablar. Todos los muchachos y muchachas de la escuela admiraban y envidiaban
un poco a Ivo, por el don que poseía de atraer la atención sobre sí, en todo
momento. No es que fuera ni inteligente ni gracioso, y, sin embargo, había algo
en él, en su voz quizás, en las cosas que contaba, que conseguía cautivar a
quien le escuchase. También la señorita Leocadia se dejaba prender de aquella
red de plata que Ivo tendía a cuantos atendían sus enrevesadas conversaciones,
y —yo creo que muchas veces contra su voluntad— la señorita Leocadia le confiaba
a Ivo tareas deseadas por todos, o distinciones que merecían alumnos más
estudiosos y aplicados. …
El
árbol de oro
Relato
corto(fragmento)
Año
1961
Ana
María Matute
Disfrutamos de este vídeo de Youtube de esta canción Noches de Bohemia del grupo español Navajita Plateá por todo el mundo muy conocida, y que no nos cansamos nunca de escuchar.
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