Entre numerosos estudios realizados sobre los estilos de vida, hábitos y costumbres
adquiridos de las personas en nuestra sociedad caracterizada por el
rápido ritmo de vida, aparece la palabra estrés
como uno de sus peores y mayores enemigos.
Dicen que ante una situación compleja a la que
tenemos que enfrentarnos, nuestro organismo genera una hormona llamada
cortisol, que es normal y hasta necesaria para dar una respuesta adecuada. Sin
embargo, cuando la situación nos produce un alto nivel de desconcentración, de
sensaciones y emociones negativas, se convierte en “estrés malo”, es decir, en
otras cuestiones, que podemos dar el nombre de
miedo, ansiedad o pánico, cuestiones que se escapan al control personal.
Esa sensación de prisa, de ocupación completa
durante el día, de deber continuo, de tener que hacer algo porque sí de modo
obligado por motivos externos que no propios, tanto por presiones puntuales como habituales,
como por situaciones a las que queramos o no nos tenemos que enfrentar, pese a
no ser de nuestro gusto y elección, son percepciones diarias o extraordinarias
que pueden bastante bien definir el estrés.
Gran parte de la causa se debe a las obligaciones
que el trabajo demanda y exige, las
que tenemos en el hogar y las que
seguramente generamos nosotros mismos
sin necesidad, determinados retos, metas
y situaciones concretas de la
vida que debemos hacer frente queramos o no, y entre ellas, también se pueden
encontrar aquellas que la tiranía de la
sociedad nos impone, es decir, cánones de belleza, metas a alcanzar,
estatus social y económico, forma de la felicidad, actitudes y aptitudes socialmente aceptadas y
aceptables a un determinado grupo al que se pertenece,…
Todas estas cuestiones las vamos adquiriendo paulatinamente desde pequeños y, las sentimos en gran medida
desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, ya que, muchas veces, como autómatas reproducimos los mismos
movimientos cada día sin pararnos a pensar en variar, alternar o cambiar alguno
de ellos gracias a la utilización de ese
herramienta que se llama imaginación.
Al final, nuestra vida se convierte en una completa rutina, parece que nos llevan y que nosotros no
marcamos nuestro propio camino ni somos dueños de nuestras vidas ni de nuestras
decisiones.
Así que mejor decimos, ¡stress out!
Muévete más contra el estrés...
Juega al balón
Juega al balón
Salta
Anda en bicicleta
Juega al aro
Corre
Juega con la cuerda
Juega y juega
Juega al corro
Juega en el agua
Juega con los sacos
Fuente de las imágenes: Google Imágenes
Disfrutamos del video musical de Youtube titulado Are you with me de Lost frequencies entre los sonidos de este verano 2015.
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