martes, 30 de octubre de 2012

MÁS LITERATURA

El camino

Muchas tardes, ante la inmovilidad y el silencio de la Naturaleza, perdían el sentido del tiempo y la noche se les echaba encima. La bóveda del firmamento iba poblándose de estrellas y Roque, el Moñigo, se sobrecogía bajo una especie de pánico astral. Era en estos casos, de noche y lejos del mundo, cuando a Roque, el Moñigo, se le ocurrían ideas inverosímiles, pensamientos que normalmente no le inquietaban:
Dijo una vez:


—Mochuelo, ¿es posible que si cae una estrella de ésas no llegue nunca al
fondo?


Daniel, el Mochuelo, miró a su amigo, sin comprenderle.


—No sé lo que me quieres decir —respondió.


El Moñigo luchaba con su deficiencia de expresión. Accionó repetidamente con las manos, y, al fin, dijo:


—Las estrellas están en el aire, ¿no es eso?


—Eso.


—Y la Tierra está en el aire también como otra estrella, ¿verdad? —
añadió.


—Sí; al menos eso dice el maestro.


—Bueno, pues es lo que te digo. Si una estrella se cae y no choca con la Tierra ni con otra estrella, ¿no llega nunca al fondo? ¿Es que ese aireque las rodea no se acaba nunca?


Daniel, el Mochuelo, se quedó pensativo un instante. Empezaba a dominarle también a él un indefinible desasosiego cósmico. La voz surgió de su garganta indecisa y aguda como un lamento.


—Moñigo.
...

El camino 
Capítulo 3 (fragmento)
Novela
Miguel Delibes


Disfrutamos este vídeo de Youtube de nuestro grupo Estopa, en este caso cantando con Rosario la canción Run Run, tema del año 2010 muy conocido por todos y que seguimos escuchando todavía.

lunes, 29 de octubre de 2012

EL MEDIO AMBIENTE EN LA LITERATURA MUNDIAL, TERCERA PARTE


  EL PÁJARO ENJAULADO


Soy un canario amarillo y nuevo
cuando me acurruco parezco la yema de un huevo.
Pío, pío, pío, nunca tengo hambre, nunca tengo frío,
en mi despiste, se me olvidó el alpiste.

Quiero a Pepita y a Juan, porque me dan miguitas de pan
quiero a Pepillo, porque me trae un bocadillo, de membrillo,
y de lechuga, con oruga, me relamo, soy el amo.

Quiero a Marujita, porque me trae agua fresquita, en mi cachita.
Los niños me dan, hasta cortezas de tocino
y yo les doy mi trino, pío, pío, pío.

Vivo contento, dice el canario, en mi cárcel de alambre,
nunca tengo frío, nunca tengo hambre,
los niños, no sé por qué me tienen preso,
no saben que si me abrieran la puerta de la jaula,
me quedaría con ellos.

El pájaro enjaulado
Poesía
Gloria Fuertes 





Disfrutamos de este vídeo de Youtube en el que nuestro cantante Antonio Orozco canta el tema titulado Lo que tú quieras soy, canción  editada en nuestro país en el año 2005.

domingo, 28 de octubre de 2012

EL MEDIO AMBIENTE TAMBIÉN EN LA LITERATURA MUNDIAL, SEGUNDA PARTE


Vamos a continuar buscando los lazos y las conexiones que todos y cada uno de nosotros establecemos desde siempre con el medio ambiente y la naturaleza,  y que la literatura,  a través de las palabras, ha sabido y sabe  reflejarlo de una forma muy bella y hermosa. 

Vamos a seguir realizando nuestra tarea de investigación de  obras y autores  por los diversos países que componen  la geografía mundial con la finalidad de que pongan de manifiesto esta intención por mi parte.

Así pues, continuamos  este viaje, en cierto modo literario, que de algún modo nos puede servir para acercarnos, conocer y compartir la cultura de cada país.

De España 



El árbol de oro
Asistí durante un otoño a la escuela de la señorita Leocadia, en la aldea, porque mi salud no andaba bien y el abuelo retrasó mi vuelta a la ciudad. Como era el tiempo frío y estaban los suelos embarrados y no se veía rastro de muchachos, me aburría dentro de la casa, y pedí al abuelo asistir a la escuela. El abuelo consintió, y acudí a aquella casita alargada y blanca de cal, con el tejado pajizo y requemado por el sol y las nieves, a las afueras del pueblo.
La señorita Leocadia era alta y gruesa, tenía el carácter más bien áspero y grandes juanetes en los pies, que la obligaban a andar como quien arrastra cadenas. Las clases en la escuela, con la lluvia rebotando en el tejado y en los cristales, con las moscas pegajosas de la tormenta persiguiéndose alrededor de la bombilla, tenían su atractivo. Recuerdo especialmente a un muchacho de unos diez años, hijo de un aparcero muy pobre, llamado Ivo. Era un muchacho delgado, de ojos azules, que bizqueaba ligeramente al hablar. Todos los muchachos y muchachas de la escuela admiraban y envidiaban un poco a Ivo, por el don que poseía de atraer la atención sobre sí, en todo momento. No es que fuera ni inteligente ni gracioso, y, sin embargo, había algo en él, en su voz quizás, en las cosas que contaba, que conseguía cautivar a quien le escuchase. También la señorita Leocadia se dejaba prender de aquella red de plata que Ivo tendía a cuantos atendían sus enrevesadas conversaciones, y —yo creo que muchas veces contra su voluntad— la señorita Leocadia le confiaba a Ivo tareas deseadas por todos, o distinciones que merecían alumnos más estudiosos y aplicados. …

El árbol de oro
Relato corto(fragmento)
Año 1961
Ana María Matute




Disfrutamos de este vídeo de Youtube de esta canción Noches de Bohemia  del grupo español Navajita Plateá por todo el mundo muy conocida, y que no nos cansamos nunca de escuchar.