domingo, 29 de junio de 2014



DE LO FEMENINO Y DE LO MASCULINO…

Cada idioma tiene sus peculiaridades y nuestro idioma el castellano, conocido también por español, hace una clara distinción entre lo femenino y lo masculino a través de los artículos definidos el/la  y los/las, y los artículos indefinidos un/una  y unos/unas, todos masculino/femenino, y singular/plural respectivamente.

Tanto en la expresión oral como en la escrita, es decir, cuando hablamos o escribimos  con los demás lo podemos observar claramente. Si citamos el medio ambiente lo hacemos en su forma masculina, si nombramos a la naturaleza, cambia su artículo a la forma femenina. Así nos enseñan las palabras, es algo que nos lo dan previamente hecho y heredado cuando desde pequeños aprendemos nuestro idioma o cuando pretendemos adquirir otro diferente al nuestro, como el inglés que internacionalmente es el idioma oficial para que nos entendamos personas que tenemos distinto origen.

A la vez que aprendemos el idioma aprendemos la cultura, costumbres, tradiciones con todos los mensajes subliminares que llevan implícitos, que suponen una herencia social.

Pero, la lengua no es fija e inmutable, siempre evoluciona con el paso del tiempo gracias al uso que hacemos los hablantes efectuando variaciones, e introduciendo novedades en cada momento y dejando algunos usos.

No obstante, no voy a seguir hablando sobre el lenguaje, aunque me sirva de base para mi explicación. Porque hoy no sólo quiero hacer hincapié que la diferencia entre lo femenino y lo masculino tiene elementos subjetivos y connotativos en las culturas, sino que también quiero acercarme a reflexionar sobre lo que significa ser mujer y ser hombre hoy en día en nuestra sociedad.

Sabemos que vivimos en sociedades mayoritariamente demócratas y que, por lo tanto, el papel que tenemos las mujeres va siendo cada vez más notorio y representativo dentro de ellas. Pero, he de decir que además nuestras sociedades son muy machistas en general, -eso sin entrar en debates feministas, históricos o incluso políticos-, en las que nuestra presencia se ve supeditada a la figura del hombre. Nuestra posición en ella respecto al hombre aún no se encuentra equiparada ni equilibrada al mismo nivel y en algunos lugares del mundo está a años luz.

Todos sabemos que el hombre es diferente a la mujer y viceversa, y que nunca vamos a ser ni física ni mentalmente iguales. De lo que se trata es de reconocer que aunque somos diferentes sí hay algo que nos une - y no me refiero a la necesidad que tenemos el uno del otro para complementarnos en nuestro día a día-, me refiero a que ambos somos personas, con independencia del lugar en el que vivamos en la Tierra y de la cultura a la que pertenezcamos, y que por lo tanto, somos iguales y tenemos los mismos derechos y obligaciones a nivel laboral, familiar, social, político, legal, cognitivo, emocional, …





Disfrutamos de este video de YouTube titulado A sky full of stars del mítico grupo británico de música pop rock conocido por todos Cold Play.



LAS MUJERES ABRIMOS LA MENTE Y DECIMOS NO…



NO A LA SUMISIÓN 


Fuente: Google imágenes


NO A LA INVISIBILIDAD



Fuente: Google imágenes


NO SÓLO A LA REPRODUCCIÓN





Fuente: Google imágenes



NO A SER UN FLORERO




Fuente: Google imágenes


NO A SER UN OBJETO





Fuente: Google imágenes




NO A SER UNA CRIADA

 


Fuente: Google imágenes


 NO A SER UNA ESCLAVA




Fuente: Google imágenes


NO A SER UNA TONTA




Fuente: Google imágenes


 NO A SER UNA VÍCTIMA DE LA VIOLENCIA



Fuente: Google imágenes





Disfrutamos del vídeo de YouTube titulado Si yo fuera un chico de la artista norteamericana Beyoncé, canción en este caso cantada en castellano.

La cuestión es nacer hombre o  nacer mujer...


Todos sabemos que ya desde el momento del nacimiento,  el solo hecho de ser niño o ser niña conlleva una serie de aspectos  implícitos de carácter social que podemos denominar costumbres, tradiciones, hábitos, actitudes, religiones, culturas e incluso prejuicios sociales: hay nombres para niños y nombres para niñas expresamente, el color de las primeras prendas son azules o rosas para unos y para otras respectivamente, cuando nos dirigimos a los pequeños utilizamos unas palabras distintas que si van dirigidas a las pequeñas, como gamberrete, chavolote para los primeros o linda, mona para las segundas, luego, les decimos eso no se dice y esto no se hace, por ejemplo, los niños no lloran, los niños no son cobardes, y a las otras, eso es cosa de chicos, pareces un marimacho jugando con el balón…



Esto en una primera instancia, después, todo se va acrecentando y diferenciando según la cultura y los rasgos estereotipados que la sociedad obliga a perpetuar por pertenecer a uno u otro sexo sencillamente, de tal modo, que tanto por imitación como por educación, las niñas y los niños aprenden todo aquello que conlleva pertenecer a su sexo, bien al femenino bien al masculino. Todos buscamos pertenecer a nuestro grupo social, que nos quieran y nos acepten dentro, ese es nuestro objetivo primordial para sobrevivir.



Desde pequeños nos enseñan a ser uno más del conjunto y, poco, o nada, aprendemos a pensar por nosotros mismos. Por eso, es importante una educación y una cultura que nos deje pensar libremente, actuar a nuestro modo, eso sí siempre respetando a los demás, y sobre todo, nos deje ser nosotros mismos, nos enriquezca y nos deje crecer y desarrollarnos  dentro de la sociedad en la que nos encontremos.



Lo que sucede muchas veces es que nos acostumbramos a ser, a hacer, a decir y a valorar todo aquello que hemos conocido desde siempre, es decir desde que nacimos, y de ese modo, lo aceptamos como están las cosas sin querer cambiarlas porque así lo queremos y así lo hemos conocido, y a pesar de que no estemos de acuerdo con ellas, o incluso, nos haga daño.



Desde la perspectiva que viene marcada por la distancia geográfica, cultural, educacional e incluso del sentido común e incluso ético, existen ciertas realidades sociales en diferentes lugares del Planeta que están obsoletas y que incluso, nunca debieron existir: el velo que tapa la cara de la mujer, el pañuelo la cabeza completa, o la túnica todo el cuerpo, la mujer que no puede conducir, la mujer que no puede salir a la calle o a ciertos lugares, la mujer que es obligada a casarse sin haber terminado su formación educativa, profesional e incluso física, porque todavía es una niña, la mutilación de los genitales, la explotación laboral y sexual temprana, muchas mujeres laboralmente ganan menos que los hombres realizando el mismo trabajo o teniendo la misma categoría profesional, sólo por el hecho de ser mujer,  el lenguaje verbal coloquial contra las mujeres: mujer tenía que ser…, tú a la cocina, a tus cosas, a la casa,…la lapidación a mujeres por supuesta infidelidad, la cantidad de hijos que tienen que criar porque es lo que manda el dios de su religión, las palizas, golpes y asesinatos que sufren muchas mujeres aquí en nuestro país, allí en otros y en la otra punta del mundo, como víctimas de una violencia sin sentido por parte de los que dicen llamarse sus parejas…









Disfrutamos del vídeo de YouTube titulado Me voy de la artista mexicana llamada Julieta Venegas.


Los hombres de hoy…



Si nos ponemos en el lugar de los hombres, podemos afirmar que hoy en día ser hombre es tarea fácil y compleja al mismo tiempo, aunque parezca contradictorio. Fácil, porque en principio y en mayoría, no tienen cargas sociales en relación a la familia y al hogar tan arraigadas como arcaicas que  desde “tiempos antiguos” parece ser que nos competen sólo a las mujeres. Fácil, porque siempre está “ella” a su lado, la mujer, bien en forma de madre durante los primeros años en la infancia y adolescencia, bien la pareja, que le soluciona todos sus problemas y la vida en general, y en este contexto, la adquisición de responsabilidades poco existe. Fácil, porque en promedio, son más sencillos en el pensar y en el actuar que nosotras, las cosas las suelen ver como son, nunca como pudieron ser o van a ser. Y difícil, porque se supone que siempre “deben” estar a la altura de las circunstancias, y no todos los hombres reúnen  esas  características que se les atribuye  por pertenecer al  llamado “sexo fuerte”, -menos mal, por cierto-, y que deben ir desarrollando y demostrando a lo largo de su vida, tales como fuerza física y mental, seguridad y aplomo, rudeza, vida social amplia, supuesta independencia moral, emocional, económica y/o sexual, reconocimiento académico y laboral, derecho a ocio continuo, prestigio social,…

Los tiempos van cambiando lentamente, van evolucionan y nadie lo puede negar, aunque, no sucede de un modo homogéneo en todas las sociedades ni las culturas del Planeta.

Sí, los tiempos cambian, aunque de momento superficialmente,  y  los hombres inmersos en ellos, también. La mayoría se depilan el vello del pecho, de las piernas e incluso, de los brazos, se tatúan la piel, se colocan pendientes, se cortan el pelo o se dan color, según la tendencia del momento: hacia arriba en punta y con fijador o sin raya hacia adelante en un flequillo despeinado, o se lo dejan crecer y se plantan coleta, se colocan prendas que están de moda y pertenecen a alguna firma o marca, se colocan gafas de sol de espejo o de aviador,…

Todo esto representa el aspecto físico, está bien que se cuiden porque hasta ahora ese plano pertenecía más al campo de las mujeres. Éstas, a su vez, van adquiriendo puestos y escalones en los que sólo antes  estaban adjudicados a  los hombres; ahora compartimos formación, educación y profesión. Quizás, estamos intercambiando roles que tiempo atrás permanecían fijos e invariables, pero no del todo. Todavía no ha habido esa gran transformación de mentalidades en la clase media de la sociedad porque la llamada "igualdad" de los movimientos feministas no existe, ya que mientras ellos se aferran a la comodidad de los roles masculinos y se desarrollan profesionalmente, ellas se desviven por encontrar el equilibrio y la conciliación entre la esfera familiar y la  laboral en su día a día.




 

Disfrutamos del vídeo de YouTube titulado It´s raining men del grupo  llamado The weather girls, grupo conocido de los años 80.


Cuando él es ella, cuando ella es él…


Hace pocos días se ha celebrado en nuestro país España y concretamente en Madrid, el Día del orgullo gay. Este día se suele concentrar un gran número de personas de todos los lugares y países del mundo que no sienten ni desean lo que su cuerpo aparenta. Hoy en día son los llamados y conocidos por todos como gays, es decir, homosexuales, lesbianas, sin olvidar a los transexuales o intersexuales, término éste último, que he descubierto hace poco tiempo.  Celebran dicho día exhibiendo su cuerpo, bailando y compartiendo la  fiesta junto a otras personas que para ser coherentes y felices consigo mismos tuvieron que “salir del armario, como decimos por aquí.

Lo que debería ser considerado de un modo natural como una realidad más, en muchos lugares del mundo no se admite que haya esta diversidad humana y se sigue observando bajo el prisma de los prejuicios,  la incomprensión, la extrañeza e incluso algo peor, el desprecio.



La mente humana necesita muchas veces un mayor grado de apertura y flexibilidad para entender y aceptar cuestiones reales dentro de la diversidad en la que nos constituimos  todas las personas como es la homosexualidad.



Desarrollarnos como personas resulta tarea difícil siempre, siendo mujer sobre todo y menos siendo hombre pienso yo, pero, si a eso le sumamos la homosexualidad, la tarea se complica aún más, ya que el camino a recorrer incluye las etapas de la identidad, aceptación y reafirmación que  nuestra sociedad exige.



Saber ponernos en el lugar del otro desde nuestra mayoritaria hetereosexualidad y comprender que hay otras tendencias que tienen cabida y aceptación para todos, se convierte en una actividad necesaria realizar desde la infancia y que el ámbito de la educación y la escuela tiene todavía pendiente este papel por desempeñar.




 
Disfrutamos del vídeo de YouTube titulado Todos me miran de la cantante mexicana conocida por todosGloria Trevi.