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Podemos afirmar que todavía estamos en verano,
estacionalmente hablando, aunque la verdad el tiempo últimamente ha estado y
continua bastante revuelto. Y entonces nombramos al cambio climático, eso que
para muchos no existe.
Mientras al otro lado del "charco”, es decir,
el magnífico Océano Atlántico, terribles y temibles terremotos y ciclones con
su gran capacidad devastadora traspasan las tierras y los cielos del Centro y
el Norte del continente americano respectivamente, aquí en el Norte
septentrional de la Península Ibérica nos encontramos inmersos en una gran borrasca.
Podemos afirmar también, que este año apenas
hemos percibido el verano, apenas se ha dejado asomar, y por lo tanto, apenas
lo hemos podido disfrutar. Mientras el resto de nuestro país superaba los
cuarenta grados de las diversas olas de
calor que pasaron y permanecieron durante días y días, nosotros hemos mantenido
la misma situación metereológica, es decir, dos días soleados y cuatro
nublados.
A su vez, el panorama político en nuestro
país no se encuentra con menos inquietud, ya que seguimos con el conflicto de
Cataluña y su determinación en la secesión de España, la destitución del
Consejero de Educación de la Comunidad
autónoma de Cantabria y su equipo a principios de este Curso escolar, es decir,
hace dos días exactos, y la vuelta a la realidad económica y social que se
refleja en el incremento de las cifras
del desempleo, después del empuje del turismo en la época estival.
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