No se trata de un slogan publicitario sobre la moda
de esta temporada en ropa, zapatos y complementos que podemos ver en escaparates de tiendas especializadas en
ello en el centro de la ciudad, grandes almacenes o centros comerciales
cercanos, no.
Se trata de afirmar que poco a poco el cambio de
estación implica la aparición de colores diferentes en el paisaje del medio
ambiente, con todo lo que ello conlleva.
El otoño es esa estación intermedia, entre el buen
tiempo veraniego y los días de atardeceres más tempranos, con una climatología
cada vez más complicada y desagradable del invierno, digamos la verdad. En
resumen, no hace tan bueno como para ir a la playa ni tan malo como para
ponerse un abrigo.
Los colores típicos del otoño son los marrones, ocres y amarillos de las
hojas caducas que quedan en las ramas de los árboles, y que también podemos
observar en el suelo a modo de alfombras naturales. Estos colores se intercalan
con el verde oscuro o claro de las
hojas perennes, y que gracias a las lluvias y la humedad retenida, conservan todo su esplendor el año completo.
También vemos los campos verdes de prados y montañas cercanas que definen y
caracterizan el paisaje del norte de nuestro país.
Si miramos
al cielo, muchos días veremos su color
azul cubierto o semicubierto por la
gama de colores del blanco, el gris claro y el oscuro de las nubes que arriba aparecen cuando amenazan lluvia, anuncian un chaparrón
o acompañan a una tormenta. Si miramos al agua del mar, veremos el reflejo del
cielo por lo que tomará un color más azul claro trasparente o más azul añil, en
función del tipo de nubosidad o del momento del día.
Fuente: Google Imágenes
En esta siesta de otoño,
bajo este olmo colosal,
que ya sus redondas hojas
al viento ha comenzado a echar,
te me das, tú, plenamiente,
dulce y sola Soledad.
Sólamente un solo pájaro,
el mismo de todas las
siestas, teclea en el olmo,
su trinado musical,
veloz, comi si tuviera
mucha prisa de acabar.
¡Cuál te amo!
¡Cuál te agradezco
este venírteme a dar
en esta siesta de otoño,
bajo este olmo colosal,
tan dulce, tan plenamente
y tan sola Soledad!
Poema Soledad.
Miguel Hernández
De las frutas de otoño
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De los frutos secos
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De las frutas del bosque
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