UNA RESPUESTA AL CAMBIO CLIMÁTICO

Los cambios poco nos suelen gustar, porque nos exigen que  salgamos de la norma preestablecida, porque nos exigen movernos de la zona de confort y comodidad, y porque nos exigen más esfuerzo y responsabilidad sobre nosotros mismos y hacia los demás. 

Los cambios, en general, suelen tender hacia un polo, como si se tratara del mecanismo de  una pila eléctrica. Por lo tanto,  podemos hablar de cambios positivos o cambios negativos. Está claro que no es lo mismo los efectos de un acontecimiento en nuestras vidas considerado como positivo, por ejemplo, encontrar un trabajo acorde, tener una relación de pareja estable y en equilibrio,  que te toque la lotería, que gane tu equipo favorito, -por poner ejemplos cercanos y representativos-, que  experimentar   y vivir las consecuencias de acontecimientos negativos.

Todos asimilamos mejor los cambios positivos, estamos preparados para ello. No obstante, tenemos capacidad para aprender de los cambios negativos y madurar, aunque siempre cueste más, porque de lo que se trata en el fondo y en la superficie es de mejorar en nuestrar vidas y encontrar el lugar que nos corresponde.

Lo que sí llevan implícitamente todos los cambios son un periodo de crisis hasta que se  reestablece un nuevo orden; suponen pues,   una modificación de la organización y del ritmo existente dentro  del sistema del que se trate o hagamos referencia. De hecho, la existencia humana se basa en nuestra propia maduración que constituye  la sucesión continua de cambios en diferentes esferas y ámbitos de las etapas evolutivas a los que nos tenemos que adaptar y acomodar.

Hoy nos toca hablar del cambio climático porque hoy día 30 de Noviembre se inaugura la Cumbre sobre el Cambio Climático de Paris de 2015, ciudad en donde se reúnen los representantes de más de cien países de todo el mundo que buscan dar una respuesta global y vinculante a este problema medioambiental.

 

  Fuente: YouTube.


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